El sábado pasado, se coronaron campeones los saraperos de “brinquillo” como dirían algunas alumnas.
Dicen “los que saben”, que después de 4 décadas de no haber ganado campeonato alguno, y apoderarse el mote de los “ya merito”, por haber llegado a algunas de las finales (..); este sábado por fin le dieron a su “afición” el gusto de verlos coronarse ante los tigres de Quintana Roo.
Felicidades a los “aficionados”.
Sin embargo al empezar el festejo en las calles de saltillo, hubo, como siempre vandalismo. Para empezar las camionetas que pasaban con “pseudo aficionados” eran “meneadas” por la turba de maleantes que pululaba en la calles. Una familia fue agredida con una piedra y el padre de dicha familia y los hijos (menores de edad), fueron heridos por los fragmentos del vidrio que estalló por el impacto.
Es grave la forma en que unos “malandros” se excusan para hacer de un festejo, un campo de batalla para dar rienda suelta a los excesos, los cuales son causados por traumas infantiles y baja autoestima.
Ojala que estos individuos, que jamás han pisado un campo de béisbol; mas no por eso han dejado de tocar “pelotas”, tuvieran el más mínimo reflejo de hombría y dejaran de molestar a la gente “decente”. Después de todo, nadie de nosotros somos culpables de lo que les haya ocurrido en la infancia...
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